El próximo viernes 26 de abril, ponemos en marcha un espacio de reflexión y debate en torno a cuál es la relación que establecen las mujeres y los hombres con los entornos, la tierra y, especialmente, la agricultura. 
La agricultura ha sido una actividad eminentemente femenina. De hecho se ha afirmado que son las mujeres quienes la descubrieron ya que se dedicaban en mayor medida a la recolección de frutos, granos y semillas; la conservación de los productos hortofrutícolas; y tenían un papel fundamental en relación a la conservación de los territorios y la protección de los ecosistemas (aunque no hay unanimidad al respecto ya que no parece que existieran roles tan diferenciados y una división clara de hombres cazadores, mujeres recolectoras, etc.). En cualquier caso, lo que sí parece claro es que el uso que las mujeres han hecho de la agricultura a estado ligada a la subsistencia y no a la explotación.
Por otro lado, en la actualidad la agricultura es una actividad desarrollada fundamentalmente por hombres (solo tenemos que ver quienes se manifiestan hoy mismo en Francia y gran parte de países europeos con sus tractores…). ¿Por qué? ¿Desde cuándo? Parece que las respuestas podemos encontrarlas en:
– La mecanización de los trabajos agrícolas con maquinaria.
– La conversión de la agricultura en una actividad “económica” más (de la que obtener beneficios) y no como actividad de subsistencia.
– La desaparición de los usos comunales de la tierra desarrollados por las mujeres y la aparición del vallado de las fincas para su explotación, etc.
La presencia cada vez mayor del “hombre” en la agricultura ha traído como consecuencia una utilización de las tierras y los entornos que contribuido a su deterioro paulatino, un uso descontrolado de pesticidas e insecticidas que empobrecen los terrenos y contaminan los acuíferos, un uso de pesticidas que acaban con la población apícola: y sus repercusiones en la disminución de la biodiversidad y de especies polinizadoras, etc. en pro del beneficio que es posible obtener de las explotaciones agrarias con fines lucrativos, aunque cada vez menos.
Ante esta realidad más macroeconómica surgen pequeñas iniciativas de actividad agrícola para el autoconsumo y producción a pequeña escala en redes de distribución de proximidad. En estos espacios, ocupados fundamentalmente por mujeres, también hay hombres con otra forma de entender su relación con la tierra, con la naturaleza y los entornos. Iniciativas que entienden la agricultura como una relación de cuidado mutuo entre el ser humano y la tierra.
Proponemos algunas preguntas sobre las que debatir en este primer encuentro del 26 de abril:
– ¿Son los cuidados una actividad menos fomentada en los hombres y por eso menos presentes en las iniciativas de producción y autoconsumo agroecológicas? Por otro lado, ¿tiene relación el rol tradicional de la mujer como cuidadora su mayor presencia en este tipo de proyectos?
– ¿Cómo entendemos las mujeres y los hombres de La Ribera del Jarama nuestra relación con el huerto y el cuidado del entorno? ¿Hay diferencias en este sentido?
– ¿Qué cuestiones priorizamos en nuestro huerto: el cuidado de la tierra (que tenga nutrientes y biodiversidad), la producción / el rendimiento del huerto, el control de plagas vs. tratamientos preventivos, etc.?
– ¿Qué hay detrás de cada una de estas prioridades?
– ¿Podemos los hombres ser proveedores de “vida” y alimentos desde lógicas más respetuosas con nuestro entorno o priorizamos las actividades “extractivistas”?
– Una concepción del huerto respetuosa con el entorno y desde el cuidado mutuo, ¿es extrapolable a otros espacios de nuestras vidas?
Esperamos que este espacio sirva no solo para reflexionar sino para generar también otras iniciativas que favorezcan unas sociedades más justas, igualitarias y respetuosas con nuestros entorno!!